lunes, 27 de mayo de 2013

LA LEYENDA DEL SEÑOR DE LOS MIALGROS DE BUGA

Una indígena estaba lavando la ropa en el río Guadalajara para poder comprar un nuevo cristo el cual pagaría con los jornales, un día al ver que un vecino iba a la cárcel por una deuda que no había podido pagar, la indígena decidió cubrir la deuda del hombre para que lo dejaran en libertad, en otra ocasión en el río que la indígena visitaba haciendo su labor vió un objeto brillante que bajaba por el río, era un crucifijo el cual llevó a su casa y que puso en medio de las aguas en un altar, al día siguiente cuando se despertó describió que la esfinge había aumentado hasta llegar al tamaño actual (1,3 m sin cruz).
La esfinge de tamaño oscuro representaba a Cristo ya muerto con el cuerpo muy inclinado, la cabellera empapada de sangre y los labios entreabiertos. El Santo Cristo empezó a llamarse "Señor de Los Milagros" a raíz de la prueba de fuego que fue sometido en 1605 por orden de la Curia diocesana en el momento situada en Popayán, la prueba se realizó debido a que se decía que el Cristo provenía de magia negra y de brujería de la época, de esta forma en mitad de las llamas la imagen, se puso a sudar copiosamente, sudor que fue recogido por la gente en copos de algodón que logró sanar sus males, de inmediato el Cristo fue bajado del fuego. En 1884 cuando los misioneros Redentoristas llegaron a Buga para hacerse cargo de la Ermita y del culto que allí se celebraba , era vox populi la narración sobre el hallazgo en las aguas del río Guadalajara de la imagen del Cristo; entonces fue adecuada una Ermita hasta que un terremoto la destruyó de esta manera y después de lo sucedido fue llevado hasta Buga en donde hoy en día hace parte de la Basílica de Buga.

Bibliografía 

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